El acto creativo es una potente herramienta para canalizar estados de ánimo hacia la eutimia.
Al focalizar las tensiones, los conflictos internos, la rabia, la ira, la tristeza, las frustraciones, las alegrías y las pasiones de cualquier índole, con un medio de expresión plástica generamos un proceso liberador, transmutador y sanador complementario.
Cuando se produce la catarsis, dibujar, pintar, esculpir, componer, escribir, crear... resulta ser especialmente tranquilizador el arte en cualquiera de sus manifestaciones. Si además se adquieren conocimientos propios de la psicología y el arteterapia el artísta puede descargar sus energías en el proceso pictórico, por ejemplo, analíticamente.
El transmutador arcano de un video juego me sirve para hacer una metáfora de un proceso paralelo mental y consciente. Al extraer los atributos de un equipo o varios, para transferirlos a otro, en un proceso de auto-gestión de emociones y desde nuestro cerebro consciente la transmutación de pensamientos tóxicos y subjetivos recibidos o generados hacia nuevos atributos re-calculados es posible. El sujeto decide abril el grifo del bien o el mal, o dicho de otra forma alimentar a nuestro lobo con el enfoque deseado. La neurociencia nos aclara como almacenamos infinidad de información adquirida en nuestro acto de vida y que forma parte de nuestro subconsciente e inconsciente (ya sea colectivo o personal)
Los dibujos descriptivos o no, del sufrimiento interno ayudan a potenciar a nuestro tercer ojo, la glandula pineal o mejor definido desde un punto de vista científico a nuestra propia mirada externa desde lo interno. Como observadores de nuestro estado en el proceso creativo podemos contextualizar y definir la rabia contenida, los resultados de las trampas mentales, nuestras percepciones subjetivas desde el consciente subjetivo al subconsciente, si además verbalizamos lo que gráficamente surge también del inconsciente cuando sin temor expresamos nuestro insigth.
Los conflictos emocionales somatizados, las dolencias focalizadas o múltiples, los episodios ciclotímicos, los estadios y estados del ánimo, etc, etc... cuando son canalizados a través de cualquiera de las expresiones artísticas y desde las inteligencias múltiples de la imaginación, en cualquier grado, son como un acto de exorcismo, donde al finalizar la obra el problema se ha esfumado o minimizado. El auto análisis nos permite desde nuestras otras visiones, no sólamente desde lo estético, sino también con nuestras propias miradas introspectivas minimizar el impacto psíquico de nuestras vivencias sintetizando el efecto y la causa hacia la búsqueda de la belleza e incluso de un proyecto de vida en común.